La halitosis o mal aliento, sin suponer normalmente un grave problema de salud, sí puede ser un obstáculo a la hora de desarrollar una vida social plena. Tener un olor desagradable en tu boca puede provocar inseguridades y miedos que, al final, repercutirán en tu bienestar y en todos los aspectos de tu vida.
Hay que diferenciar entre la halitosis patológica, que requeriría de un tratamiento médico, y la fisiológica. Esta, aunque según las características de cada persona está más o menos acentuada, se puede combatir o prevenir siguiendo unas sencillas recomendaciones y consejos.
1.Mantener una correcta limpieza dental
Y no hablamos simplemente de la utilización, muy recurrente en estos casos, del enjuague bucal. Que también. Se trata de realizar de manera rutinaria la limpieza de dientes obligatoria, cepillándolos y utilizando el hilo dental. Esto incluye también la limpieza de la lengua, muy necesaria y que suele ser la gran olvidada de la higiene bucal. Todo esto sin olvidarse de visitar al dentista al menos una vez al año.
Este primer consejo es el principal y el que puede lograr evitar la mayor parte de los casos de halitosis existentes entre la población.
2.Ojo con el café y alcohol
Existen determinadas sustancias que pueden favorecer el mal aliento, como es el caso del alcohol o el café, desaconsejado para personas que padecen este problema.
Esto no quiere decir que no puedas probarlos. Simplemente, un consumo habitual o en grandes cantidades puede derivar en que surjan inconvenientes de este tipo.
3.Hidratación: al menos 1,5 litros de agua al día
Este es un punto clave, y muchas veces descuidado, cuando luchamos contra el mal aliento. Además de ser una recomendación habitual para mantener una buena salud en general, beber la suficiente cantidad de agua también ayuda a prevenir la halitosis. Favorece la eliminación de determinadas bacterias y reduce el riesgo de infección bucal.
También se recomienda incluir alimentos que estimulen la producción de saliva. Así, a nuestra botella de agua le podemos añadir unas gotas de limón, que ayudarán en esta labor.
4.El tabaco, prohibido
Otro de los grandes enemigos de nuestro aliento es el tabaco, pues el humo del mismo y los químicos que lo componen provocan mal aliento.
Existen también alimentos con olor fuerte, como el ajo o la cebolla, que es mejor evitar. Sin embargo, otros como el perejil, que se aconseja mascar, pueden ayudar por su alto contenido en clorofila. También es recomendable la hierbabuena.
5.Alimentación baja en grasas
El apartado nutricional también condiciona el mal aliento que sale de nuestra boca. En general, se aconseja evitar las dietas ricas en grasas y las pobres en hidratos de carbono. Una dieta equilibrada ayuda a la salud de nuestro cuerpo y, también, a evitar la acumulación de bacterias en la cavidad bucal, en especial en la lengua.
Estas son algunas de las recomendaciones generales más ampliamente aceptadas. Si sigues durante un tiempo estos consejos y no notas una mejoría, es hora de consultar a un especialista. Quizás tu problema tenga otro origen y lo puedas solucionar con el correcto tratamiento farmacológico.