Hoy en día entre los más jóvenes los conceptos diversión y alcohol van de la mano.
Cada vez es más común ver los estragos de su consumo y nos vamos enterando de casos en los que un consumo ocasional se convirtió en diario, cayendo en un abuso.
Cierto es, que algunos estudios abalan que el consumo moderado de bebidas alcohólicas como el vino o la cerveza puede generar beneficios para el organismo.
Sin embargo, hay factores que pueden inducir a caer en un consumo constante de alcohol, como pueden ser la ansiedad, la depresión o la soledad.
Pero antes de caer en un consumo exagerado debemos tener en cuenta que efectos podrá tener este hábito en nuestro cuerpo y de qué modo daña nuestros órganos.
Problemas que puede presentar tanto a corto como a largo plazo.
El cerebro se puede ver afectado con pérdida de memoria, disminución de la concentración y las capacidades cognitivas o en problemas a la hora de gestionar el autocontrol.
El estómago pierde mucosas al entrar en contacto con las sustancias ácidas que genera un uso abusivo del alcohol.
El hígado, se puede ver afectado gravemente con dolencias como la cirrosis o tumores causados por el daño ocasionado por la bebida.
El ritmo cardíaco se eleva y se pueden presentar signos de agotamiento físico.
Las bebidas alcohólicas son una de las mayores causas de las enfermedades no transmisibles, por lo que debemos tener muy en cuenta los contras que conlleva para el mantenimiento de un organismo sano y alcalinizado.