El riesgo de coger resfriados aumenta cuando las temperaturas bajan y hay varias formas para evitar caer enfermos. Hacer mucho ejercicio, mantenerse calientes o tomar una dieta equilibrada son algunos de los consejos de los expertos.
La deficiencia de vitamina D es bastante común en lugares donde los inviernos son largos y duros. Hay que recordar que el cuerpo genera vitamina D cuando la piel se expone a la luz del sol y su ausencia hace que sea difícil para el cuerpo producir suficiente vitamina.
El salmón, atún, sardinas, huevo, lácteos o las setas son algunos de los alimentos que son buenas fuentes de vitamina D.
La vitamina C puede acortar el tiempo de los resfriados aunque hay que recordar que no te protege de ellos.
Los pimientos, cítricos, verduras de hoja verde o arándanos rojos son alimentos con vitamina C.
La vitamina A también es fundamental para los meses de invierno ya que su deficiencia se asocia a una menor respuesta inmune y aumento del riesgo de infección.
El atún, huevos, lácteos, zanahoria o boniatos son buenas fuentes de vitamina A.
Además de las vitaminas muchos medicamentos son buenos y fundamentales para curar los resfriados
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